¡Por fin! Tengo mi blog…
Meses y meses pensando en que necesitaba de un espacio como este para publicar mis -humildes y sinceras- reflexiones referentes al ejercicio de la comunicación organizacional (o como mejor les parezca denominarlas Relaciones Públicas, Comunicación Corporativa, Asuntos Públicos, etc) con base en una corta experiencia laboral, una lectura diaria vinculada a esta área y en el compartir con diversos amig@s y conocid@s que -al igual que yo- han sido cautivados por esta disciplina del quehacer comunicacional. Espero que mis ideas sean enriquecedoras.
Este artículo, el primero de muchos, está relacionado al como se ha subestimado la labor de quienes nos dedicamos a la Comunicación Estratégica en las organizaciones; es aquí cuando me pregunto ¿Quién fue primero? ¿El huevo o la gallina? ¿Quién subestimó primero a quién? ¿Nosotros mismos como profesionales del área o las demás personas con quienes nos ha tocado trabajar en empresas o instituciones?
Es común escucharnos decir que “esta o aquella persona se cree comunicad@r…“, también es común conseguirnos a ingenieros, abogados, carpinteros, albañiles, y pare de contar profesiones u oficios, que antes de dedicarse a lo que se dedican en la actualidad les hubiese gustado estudiar Comunicación Social… Incluso, en una oportunidad me dijeron: “es que tu carrera es muy fácil, cómo no graduarse en cinco años o menos“. Y pare de contar todo lo que podemos escuchar.
En la práctica también vemos como se subestima nuestro rol desde dependencias ajenas a Comunicaciones y -lamentablemente- desde los propios departamentos donde se debe gestionar la reputación y trabajar día a día por mantener una imagen positiva en los diversos públicos a los que se debe la organización.
Vemos como se han a diseminado en instituciones y empresas pequeñas agencias de festejo para celebrar cumpleaños, tomar fotos y hacer “la notica de prensa”; y no porque otros lo decidieron, sino porque nosotros lo permitimos, debido a la sumisión y subestimación, generadas -a su vez- por el desconocimiento de cuál es nuestra responsabilidad dentro de una organización.
A quienes se dejan llevar a diario por esta perversa dinámica les pregunto ¿Fue para eso qué estudiamos cinco años?
Esta situación no es nueva, es de vieja data. Y que continúen funcionando esas “agencias de festejo” depende de nosotros mismos, de los profesionales de la Comunicación, de conformarnos con graduarnos y no buscar especializarnos en los que nos gusta, o en lo que trabajamos.
Actualmente cuando en el país están apareciendo nuevas posibilidades de formación en el área (públicas y privadas), cuando internet ofrece múltiples oportunidades de intercambio de conocimiento y saberes, así como fuentes informativas (formales e informales), cuando la bibliografía en el área se ha diversificado, y en español, no hay excusas para seguir simplemente “dejándonos llevar”.
Quién subestimó primero a quién, creo que no es lo importante ahorita. Pero si no reaccionamos y simplemente nos preocupamos, sin ocuparnos, tendremos respuesta, de quien es el primero en subestimar y dejar mal parada a nuestra profesión.
Es apremiante que rompamos con ese estereotipo que hay sobre nuestro trabajo, demostrando lo útil y necesario que es para las organizaciones el manejo, ESTRATÉGICO (si pudiera colocarle luces a ESTRATÉGICO lo hiciera) de las comunicaciones.
¿Cómo demostrarlo? Primero, investigando y entendiendo (en lo individual) el rol de las CO, para, en segundo lugar, sincerarse acerca si estamos dispuest@s a ejercer ese rol, rol que debe ser integral pues se requieren conocimientos teóricos y prácticos de periodismo, manejo y relación con los medios, televisión, radio, publicidad, planificación, gerencia, redes sociales, manejo de presupuesto, entre otras tareas y disciplinas.
Debemos formarnos en aulas de clases, en la medida de lo posible, y actualizarnos constantemente, así como lo hacen los médicos, para trabajar, proponer y defender la Comunicación Organizacional día a día con argumentos válidos, estrategias creativas y atrevidas así como con asertividad.
En ese punto -entre otras cosas- se celebrarán los cumpleaños, se tomarán las fotos y se harán las notas de prensa, pero como parte de un plan previamente establecido. Es ahí cuando también podremos cambiar la visión de quienes nos subestiman.
Estoy consciente de que a muchos les puede parecer antipática o arrogante esta nota ¡Disculpen! Pero, como revolucionario, considero que la autocrítica es necesaria para que podamos avanzar y madurar, en lo individual y colectivo. La idea no es quedarnos en palabras, sino trabajar para cambiar, cambiar para mejor.
2 Responses
Estamos de acuerdo Gabriel, es muy importante que las comunicaciones tengan un rol importante en las empresas, y que para ello sean los profesionales del área que trabajen en ello, en la medida que nosotros ejerzamos con responsabilidad y nos renovemos continuamente lograremos, dar credibilidad a lo que hacemos; es también importante, que la empresa tenga una directriz clara, que nos permita trabajar de la mano con los directivos y funcionarios sobre la imagen corporativa que deseamos proyectar. La misión y visión de la institución. Se debe encontrar en la imagen que presentamos de manera interna y externa.
Si manejamos las variables del, Ver-Hacer y el querer ser, lograremos tener el entramado necesario para dar cuerpo a esta imagen que debe ser consecuente con el actuar de quienes integran la empresa o institución.
Gloria gusto en saludarte y contento, porque eres la primera que comenta mi blog. Mira, he podido conocer a profesionales que no necesariamente son graduados en Comunicación Social, pero que debido a su autoformación, o especialización en el área, logran desempeñar con éxito su rol dentro de la Comunicación Organizacional de una institución/empresa. Lo que realmente debe alarmarnos, siempre, son las posturas pasivas y erróneas de colegas que las ejerzan como acciones informativas y no de manera estratégica; lamentablemente me he topado con muchos en mi andar profesional.
Por otra parte, la otra vez en clases me preguntaban mis alumnos que cómo se hacía en los casos que las máximas autoridades de una organización no tuvieran esa directriz clara, a la que también haces referencia. Mi respuesta fue que ante esa situación no podemos desmayar y sugerir, promover, los cambios de políticas organizacionales, metodología y visión de trabajo, con argumentos claros y mostrando mejores prácticas. Es necesario -que en casos como estos- seamos constantes, perseverantes, pacientes y siempre mantengamos nuestras convicciones.
¡Saludos!